miércoles, abril 19, 2006

Ya nada es lo que era

Eso, nada. Pero nada, nada, vaya. Lo digo porque hoy, volviendo de tomar algo con dos chavalas muy simpáticas* (y mi amigo Vicente, que se unió), pasando al lado de un cajero, me vi a un indigente dentro. Sí, eso es normal, lo sé... ¿pero también lo es que el inmigrante usara un colchón hinchable de esos que "no se venden en tiendas"?

Aquí está la prueba:



*En este caso, simpáticas no quiere decir feas, ojo. Son unos bomboncitos de mucho cuidao, y si me leen, que sepan que estoy encantado de haberlas conocido. Y esto no es peloteo, que conste. Besazos para Raquel y Eva.

1 Comments:

At 12:03 a. m., Blogger emilysev said...

El no estar adaptado a esta sociedad por el motivo que sea, no significa que en la tesitura de dormir en el suelo o sobre un colchon de teletienda, se elija esta última opción.

El problema es el grado de detrimento personal de la basca, buscando la lucidez en la deslucidez utilizando el alcohol, drogas y demás...y lógicamente estandarizando una imagen degradada y poco cuidada que ya no nos sorprende, si no, todo lo contrario, ver a un indigente con un elemento de un minimo confort.


Y ya de paso saludos a Raquel y Eva :), que se han visto involucradas en este tema sin comerlo ni beberlo...

 

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